Para lograr un funcionamiento óptimo en cualquier sistema es necesario, primero, hacer una correcta instalación. Posteriormente, hay que realizar mantenimientos de manera regular, con el objetivo de mejorar su eficiencia y disminuir el número de fallas durante su operación. Por este motivo, existen especificaciones de instalación que deben cumplirse en su totalidad y garantizar la operación continua de estos sistemas a los clientes finales.